País europeo. 2018. Un desastre de principio a fin con AFS

Nuestra experiencia con AFS ha sido absolutamente desastrosa desde el primer día. Dilación, ocultación de información, mentiras directas, abandono, falta de empatía y de educación… En fin, un desastre que ha derivado en el regreso anticipado de nuestro hijo. La gestión de AFS España en nuestro caso y en el de otras familias ha resultado nefasta e, incluso, se podría definir como negligente, con una absoluta falta de tacto para toda comunicación.
Lo peor que unos padres pueden sentir con sus hijos a miles de kilómetros de distancia es la indiferencia de los responsables últimos de la experiencia: AFS Intercultura España.
En esta entrada os resumimos el porqué de nuestros desvelos, pero si queréis leer la experiencia completa (y tenéis un ratillo :-)) podéis hacerlo en el siguiente enlace: Experiencia completa.
Nuestro hijo se apuntó en febrero de2018, le confirmaron su solicitud en abril y no supimos nada de AFS Intercultura de manera proactiva hasta mediado de agosto. Se equivocaron y nos dijeron que le enviaban a una familia permanente, cuando en realidad resultó ser temporal.
Al cabo de un mes le cambiaron de familia, a 300 kilómetros, y de colegio. Tardaba en cada trayecto de casa al colegio 90 minutos y no tenía autonomía, puesto que la familia tenía que llevarle a la estación de tren atravesando un pequeño puerto de montaña, lo que derivó en un auténtico aislamiento de nuestro hijo.
Tras nuestras quejas a AFS España nos dijeron que esta situación era normal en zonas rurales (a 30 kilómetros de una ciudad de 300.000 habitantes) y se remitieron siempre a la, igualmente, desastrosa gestión de AFS en el país de destino, Austria.
En algunos países, ante la falta de familias de acogida, recurren al envío de comunicados a periódicos locales para busca familias, lo que lleva a dudar de los criterios de selección de dichas familias. Aquí pongo alunos ejemplos:

Pantallazo de la ficha de la familia anfitriona de nuestro hijo en el que queda reflejado cómo se interesó en ser familia de acogida:


Cuando nuestras quejas se incrementaron por las reiteradas faltas de nuestro hijo al colegio como consecuencia de las dificultades de desplazamiento, le convocaron e intentaron culparle de la situación, e incluso se sintió absolutamente presionado por dos adultos para que firmase un documento de compromisos exigidos por ellos para “reconducir” la situación. Al solicitar nuestro hijo que en dicho documento incluyeran el compromiso de que le cambiarían de familia anfitriona, uno de los adultos asistentes a la reunión espetó: “Aquí las reglas las ponemos nosotros“.
Evidentemente, nuestro hijo no firmó el documento, y a los dos días cancelaron el programa de forma unilateral y le devolvieron a España.
Todo esto siendo familia de acogida en España de un chico de un país europeo.
No firméis nada con ellos sin consultar a un abogado, no os fieis de nada de lo que os digan. Cobran por adelantado y luego lo dejan todo en manos de voluntarios y de la gestión del país de destino, por lo que la entidad con la que habéis firmado el contrato se desentiende de todo.
En cuanto al papel del voluntariado, respetamos mucho su actitud, y en España nos han demostrado su competencia en distintas ocasiones. No obstante, la tutora de nuestro hijo en el país de destino, con escasos 20 años, no estuvo a la altura de las circunstancias y demostró un seguidismo férreo de las directrices de los responsables de AFS Intercultura.
En nuestro caso, la competencia de los voluntarios ha estado en todo momento muy por encima de la de los principales empleados de AFS Intercultura España, por lo que sería recomendable que conocieran un poco más los procesos de gestión de la organización.
Si llegados a este punto queréis conocer en detalle toda la experiencia en orden cronológico recordad que podéis hacerlo aquí.

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